viernes, 16 de septiembre de 2011

Comprensión


¿Qué se requiere para la convivencia? Para esto se necesita de diversas cosas, diversos elementos; una de ellas es la comprensión, cosa que no es nada pequeña, ni fácil. Un ejemplo de convivencia son los animales quienes conviven entre ellos, pero en realidad ¿existe una comprensión mutua? ¿O finalmente sólo son un conjunto para cuya conservación actúan instintos? En los animales existe una relación basada en la supervivencia en la cual sólo tienen una finalidad biológica, no existe una comprensión porque no hay razón.

Romano Guardini menciona que el hombre lleva en sí mismo un mundo interior, actos, situaciones, disposiciones de ánimo, que al principio están escondidos, pero que salen a la palabra, se expresan y pueden así hacerse patentes. Comprensión significa entonces saber leer y escuchar lo que se pretende en el interior, partiendo de lo observado exteriormente.

Comprensión muchas veces significa  tratar de interiorizar lo que el otro siente o piensa en un momento dado,  quedarnos con una parte de ese sentir tratando de entenderlo.

Por otra parte,  es indispensable que la comprensión vaya más allá: notar no sólo lo que el otro nos muestra sino también lo que muchas veces nos trata de ocultar; qué quiere engañar, que finge amistosidad, que muestra interés, que está triste. Eso también es comprender, mirar a través de todas estas actitudes; notar lo que actúa en verdad. Muchas veces nos dejamos guiar por una simple sonrisa, un gesto de amabilidad o cortesía, una lágrima, o un arrebato de violencia sin mirar más allá, nos dejamos engañar, y no tratamos de analizar o entender el porqué de ese gesto, esa actitud, esos sentimientos.

¿Qué se necesita para comprender? Según Romano Guardini, se necesitan de muchas cosas pero para comenzar: una agudeza de la mirada, una finura de la sensibilidad una capacidad de sincronizar, que superan la extrañeza entre las personas y un elemento muy importante, la experiencia. Esta significa que a la vista de la conducta ajena surja el recuerdo de lo antes observado, que se parezca a lo experimentado ahora y, por así decirlo dé su clave.

Pero también existe una gran duda ¿Por qué tantos hombres se tratan constantemente sin comprenderse? Existen diversos motivos pero, tomemos uno: que las personas se empiezan por clasificar en las que se soportan y no. Actualmente estamos sumergidos en una sociedad en la cual existe un trato superficial, vago, fugaz, en la cual el individualismo, la antipatía o el egoísmo le ganan a la  simpatía  la sencillez, la unión, la confianza. Se hacen clasificaciones “amigo-enemigo”; en las amistades se hacen muchos juicios de valor, se califica lo que el otro hace, por “bien” o “mal” sin siquiera ponerse en el lugar del otro, no se trata de comprender a los demás desde nuestra lugar, sino desde su lugar.

En la comprensión, tenemos que mirar al otro con ojos de libertad, sin ojos de egoísmo, con ojos de aceptación, sin ojos de prejuicio. Queriendo conocer el porqué, de sus sentimientos, de sus acciones, de sus actitudes, de sus conductas, con sus ojos y con una parte de los nuestros.

Comprensión es empatía, se dice fácil pero es algo que cuesta trabajo, que se construye, es también tener interés en la otra persona, querer saber quién es, cómo es, es un sentimiento de reciprocidad hacia el otro.